miércoles, 13 de noviembre de 2013

Que por rutina no quiero ni la de tus besos

 
Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto. -¿Qué nos ha pasado?- pienso, -antes no éramos así, de cada instante hacíamos nuestra eternidad, cada suspiro era tiempo perdido y cada roce de nuestros labios era tiempo invertido-.
Ambos estábamos frente al televisor, sin ser capaces de intercambiar una mirada, tan solo recordando en nuestras mentes tiempos de antaño.
Esta vez, y rompiendo la rutina, decidí que era hora de ir a por tabaco. Me levanté, me miró y sonreí. Cogí un papel y dejé una nota en el frigorífico:
He decidido que ya no te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario nos hace sonreir, no olvides comentar, gracias!!!