sábado, 12 de octubre de 2013

Mejor bailemos bajo la lluvia.

Y decimos que las cosas cambian por miedo a decir que hemos perdido, decimos que ya no es como antes, como si ese algo que hacía especial los días hubiese desaparecido. Echamos la culpa a la distancia y al olvido, decimos echar de menos lo que antes echábamos de más, nos contradecimos por no decir que nos equivocamos y decimos que nos arrepentimos porque es más fácil que luchar, que perseguir lo que quisimos. Pero somos personas y, como todos, nos equivocamos, pero decimos que las cosas cambian y queremos poner un punto y final y todo, todo porque no queremos ver que todo sigue igual, que los días siguen durando las mismas largas y efímeras veinticuatro horas, que la noche sigue muriendo cuando ansía por nacer el día, que los sentimientos no mueren así porque sí, lo único que pasa es que eso sigue saliendo más barato que explicar lo inexplicable, porque aún sigue saliendo caro eso que llaman vivir y no nos damos cuenta de que lo único importante es ser capaz de bailar bajo la lluvia.

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