Ambos estábamos frente
al televisor, sin ser capaces de intercambiar una mirada, tan solo recordando
en nuestras mentes tiempos de antaño.
Esta vez, y rompiendo
la rutina, decidí que era hora de ir a por tabaco. Me levanté, me miró y
sonreí. Cogí un papel y dejé una nota en el frigorífico;
He decidido que ya no te
quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario nos hace sonreir, no olvides comentar, gracias!!!